Tierra Caliente, Mich.- 28 de septiembre de 2025.- La noticia comenzó a correr como pólvora en Apatzingán, un Guardia Nacional de la patria cayó en el cumplimiento de su deber. Su nombre aún no se hace público, pero lo que sí se sabe es que en la oscuridad de la noche del domingo, en las brechas de Loma de los Hoyos, entregó su vida en combate contra los sicarios del Cartel Jalisco que acechan la Tierra Caliente. También hay dos militares más gravemente lesionados, uno de los pistoleros abatido y se habla de dos presuntos criminales detenidos.
🔴 Reportan enfrentamientos en la Tierra Caliente de #Michoacán y así repelen las autoridades a los grupos delincuenciales @SSeguridad_Mich @Defensamx1 @SEMAR_mx @AristeguiOnline @aristeguicnn pic.twitter.com/Ij4mHxeUyp
— Víctor Americano Noticias (@americanovictor) September 29, 2025
Eran alrededor de las nueve de la noche cuando la emboscada estalló. Los elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional, curtidos en la rutina de la guerra que parece no tener fin en Michoacán y otras partes del país, avanzaban en la zona cuando los disparos quebraron el silencio.
Una lluvia de plomo cayó sobre ellos. La respuesta no se hizo esperar; fusiles, estrategias, y hasta un helicóptero de apoyo que iluminó el cielo con ráfagas de balas trazadoras, disparadas contra los agresores desde lo alto, como un espectáculo de fuego que marcaba el rumbo del combate, donde uno de los hostiles fue neutralizado.
Dos soldados fueron heridos de gravedad. No hubo tiempo que perder. En una operación contrarreloj, fueron evacuados en helicóptero hasta Irapuato, Guanajuato, donde los médicos luchan ahora por devolverles la vida. Pero al tercero, al compañero caído, no hubo evacuación ni médicos que alcanzaran. Su sacrificio quedó sembrado en esa tierra hostil, como tantos otros nombres que se acumulan en la memoria de una guerra interminable.
Tras la refriega, aparentemente las fuerzas armadas lograron detener a dos presuntos integrantes del Cartel Jalisco Nueva Generación. Sus identidades aún no han sido reveladas por las autoridades.
Lo heroico y lo trágico conviven en estos episodios. Los militares cumplen con un deber que muchas veces los coloca en la línea del sacrificio absoluto. Enfrentan a grupos que parecen multiplicarse con cada operativo, que conocen el terreno y que se benefician del miedo y el silencio de las comunidades. Y en medio de ese fuego cruzado, lo que queda claro es que las familias de esos soldados terminan pagando el precio más alto.
La Tierra Caliente vuelve a demostrar su crudeza. Es un territorio donde los límites entre la vida y la muerte se difuminan al ritmo de los disparos, y donde el heroísmo de los uniformados contrasta con la incapacidad del Estado para cortar de raíz un conflicto que se repite, con distintos nombres, pero con la misma sangre derramada.
Hoy se honra a un militar que cayó con el uniforme puesto, mientras sus compañeros patrullan con el eco de la balacera aún en los oídos.