Michoacán enfrenta graves carencias en seguridad social y salud, afectando a más del 60% de su población, superando el promedio nacional.
Morelia, Michoacán.- Michoacán enfrenta una crisis persistente en materia de protección social, ya que el 61.2 por ciento de la población carece de acceso a la seguridad social, de acuerdo con los datos de 2024 del INEGI, una cifra que supera por más de 13 puntos porcentuales el promedio nacional y que no ha mostrado mejoras sustanciales en la última década.
La falta de cobertura en seguridad social impacta directamente en el acceso a servicios médicos, pensiones y prestaciones laborales, ya que el 46.1 por ciento de los michoacanos no cuenta con acceso a servicios de salud, porcentaje que contrasta con la media nacional de 34.2 por ciento.
Esta carencia se agudiza en zonas rurales, donde alcanza niveles críticos.
El rezago educativo también sigue siendo un problema estructural: más de 1.26 millones de personas no han concluido la educación obligatoria.
Esta situación afecta la inserción laboral y limita las posibilidades de romper el ciclo intergeneracional de pobreza.
Las condiciones habitacionales también son un problema, pues el 11.1 por ciento vive en casas con materiales precarios o con hacinamiento, y 16.1 por ciento carece de servicios básicos como agua, drenaje o electricidad. En comunidades rurales, el déficit de infraestructura es notoriamente mayor.
En cuanto a la alimentación, el 20.4 por ciento de la población padece carencia por acceso a alimentos nutritivos y de calidad.
Este problema, además de ser un indicador de pobreza, refleja la vulnerabilidad ante la inflación alimentaria y la baja capacidad adquisitiva en zonas marginadas.
El diagnóstico estatal coloca a Michoacán entre las entidades con mayor rezago social, a pesar de los avances en la disminución de la pobreza.
Especialistas advierten que, sin políticas públicas integrales que aborden de forma simultánea empleo formal, educación, salud y vivienda, los avances podrían estancarse.