Morelia, Michoacán, 08 de mayo de 2025.- “Soy hijo de San Agustín, soy agustino”, fueron las primeras palabras del nuevo Papa León XIV tras ser elegido pontífice.

Quién es San Agustín de Hipona

Nacido en el año 354 en Tagaste, una ciudad del norte de África que hoy pertenece a Argelia, Agustín vivió una juventud “inquieta, movido por el deseo de sabiduría y sentido”. Buscó respuestas en distintas corrientes filosóficas y, tras una intensa lucha interior, encontró en el cristianismo el rumbo que transformaría su existencia.

Su madre, Santa Mónica, no dejó de orar por él. La influencia de San Ambrosio en Milán y la fuerza de una fe que lo interpelaba desde lo profundo, lo llevaron a recibir el bautismo en el año 387. Tiempo después fue ordenado sacerdote y más tarde obispo de Hipona, cargo desde el cual marcó el rumbo espiritual e intelectual de generaciones enteras.

San Agustín en su obra más célebre, Confesiones, narra su pasado y su redención. El texto, profundamente humano, invita a los lectores a reconocerse en las contradicciones y anhelos que él mismo enfrentó.

Reconocido como uno de los “Padres de la Iglesia”, dejó una huella imborrable en la teología cristiana. Abordó con claridad conceptos como la gracia, el pecado original y la tensión entre fe y razón. En La ciudad de Dios, escrita tras la caída de Roma, propuso una mirada espiritual sobre la historia, que sigue vigente en el pensamiento occidental.

Hoy, la figura de San Agustín vive en la espiritualidad de la Orden de San Agustín, a la que pertenece el nuevo Papa León XIV.

A San Agustín se le reza por claridad en momentos de confusión, por la fuerza para cambiar, por la sabiduría para elegir lo justo. Cada 28 de agosto, su memoria se renueva en las parroquias, es patrono de teólogos, impresores y de quienes buscan la verdad sin descanso. (CON INFORMACIÓN DE: SIETE 24)