La situación de José Contreras Cervantes, migrante mexicano de 33 años diagnosticado con leucemia mieloide crónica, ha despertado preocupación y protestas en Estados Unidos luego de que fuera detenido por autoridades migratorias y trasladado a un centro de detención privado en Baldwin, Michigan.
Contreras, quien radica en el país desde hace dos décadas y es padre de tres hijos, fue arrestado durante una revisión de tránsito en agosto pasado. Desde entonces, permanece en el Centro de Procesamiento North Lake, donde, según su defensa, no recibe el tratamiento médico especializado que su enfermedad requiere.
De acuerdo con su esposa, Lupita Contreras, el joven mexicano interrumpió por más de tres semanas su régimen de medicamentos al ser trasladado entre instalaciones de ICE, lo que habría agravado su condición. Actualmente, recibe fármacos alternativos que no corresponden al tratamiento recetado originalmente por sus médicos en Detroit.
Especialistas advirtieron que la falta de acceso al medicamento adecuado puede reducir significativamente su esperanza de vida, ya de por sí limitada a entre cuatro y seis años debido a la enfermedad.
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La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) de Michigan presentó una moción para que Contreras, junto con otras siete personas en situación similar, tenga derecho a una audiencia de fianza que le permita enfrentar su proceso en libertad y retomar su atención médica.
La abogada del caso, Miriam Aukerman, enfatizó que su cliente no cuenta con antecedentes penales y que negarle una audiencia viola principios básicos de debido proceso:
“Un juez debe decidir si una persona permanece detenida o no. Negar este derecho no solo es injusto, también pone en riesgo vidas humanas”, señaló.
En plataformas digitales, decenas de usuarios, activistas y organizaciones pro migrantes han exigido la liberación inmediata de Contreras, bajo el argumento de que mantenerlo en custodia equivale a una sentencia de muerte anticipada.
Por su parte, ICE no ha emitido una postura pública sobre el estado de salud del detenido ni sobre las demandas de audiencia de fianza.
Mientras tanto, familiares y colectivos de derechos humanos mantienen la presión para que José Contreras pueda regresar a casa y continuar su tratamiento médico sin obstáculos.
Fuente: El Heraldo de México