Las tierras raras –17 metales difíciles de extraer de la corteza terrestre– se utilizan en todo tipo de productos, desde vehículos eléctricos hasta discos duros, turbinas eólicas y misiles
Tokio. Japón intentará a partir de enero de 2026 extraer minerales de tierras raras del fondo oceánico en la prueba a más profundidad de este tipo, según anunciaron el jueves los responsables de un programa de innovación del gobierno.
A principios de esta semana, Japón se comprometió a colaborar con Estados Unidos, India y Australia para garantizar un suministro estable de minerales cruciales, en medio de los temores de que China domine estos recursos clave para las nuevas tecnologías.
Las tierras raras –17 metales difíciles de extraer de la corteza terrestre– se utilizan en todo tipo de productos, desde vehículos eléctricos hasta discos duros, turbinas eólicas y misiles.
Un barco japonés de perforación científica en aguas profundas, llamado "Chikyu", realizará a partir de enero un "crucero test" para recuperar sedimentos del fondo oceánico que contengan elementos de tierras raras, afirmó Shoichi Ishii, director del Programa Interministerial de Promoción de la Innovación Estratégica de Japón.
"La prueba para recuperar sedimentos a 5 mil 500 metros de profundidad es la primera del mundo", dijo a agencias internacionales.
"Nuestro objetivo (…) es probar el funcionamiento de todos los equipos de minería", por lo que la cantidad de sedimentos extraídos "no importa", añadió Ishii.
El "Chikyu" perforará en aguas japonesas en torno a la remota isla de Minami Torishima, en el océano Pacífico, el punto más oriental de Japón, utilizado también como base militar.
La misión pretende extraer 35 toneladas de lodo del fondo marino en unas tres semanas, según el diario económico japonés Nikkei.
Se espera que cada tonelada contenga unos dos kilogramos de minerales de tierras raras.
La explotación minera de los fondos marinos se ha convertido en una cuestión geopolítica de primer orden, con la creciente preocupación por la iniciativa del presidente estadounidense, Donald Trump, de acelerar esta práctica en aguas internacionales.
Desde abril, Pekín exige licencias para exportar tierras raras desde China, una medida que se considera una represalia por las restricciones estadounidenses a la importación de productos del gigante asiático.