Un motín ocurrido en el Centro de Reinserción Social (CERESO) de Tuxpan, Veracruz, dejó como saldo ocho reos muertos y diez más heridos, en un hecho que evidenció una grave crisis al interior del sistema penitenciario estatal.
Los hechos iniciaron la tarde del sábado 2 de agosto, cuando un grupo de internos se amotinó como protesta ante presuntas extorsiones, agresiones físicas y amenazas por parte del grupo criminal conocido como La Sombra, el cual, de acuerdo con los propios reclusos, controla diversas actividades dentro del penal.
Durante la revuelta, se registraron incendios, destrucción de instalaciones y toma parcial del centro penitenciario.
Los reos difundieron videos en redes sociales en los que exigían la intervención de organizaciones de derechos humanos y denunciaban las condiciones de violencia y abuso en las que viven; en dichas grabaciones, se observa a los internos entre llamas y gritando por ayuda.
Tras más de doce horas de disturbios, durante la madrugada del domingo 3 de agosto, fuerzas del orden lograron retomar el control del penal, en el operativo participaron elementos del Ejército Mexicano, la Guardia Nacional, policías estatales y personal de la Comisión Estatal de Derechos Humanos.
Al finalizar la intervención, se confirmó que siete internos murieron durante el motín y uno más falleció en el hospital a causa de las heridas sufridas, mientras que diez personas resultaron lesionadas, algunas con quemaduras graves.
La gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle, informó que ya se iniciaron las investigaciones correspondientes por parte de la Fiscalía General de la República y la Fiscalía General del Estado, además, anunció que se realizará un diagnóstico integral sobre las condiciones de operación del penal y las posibles colusiones con grupos criminales.