La secretaria de la Mujer de Morelia, Nuria Hernández Abarca advierte que los refugios y anexos para mujeres y niños requieren una ley actualizada ante la violencia y el crimen organizado
Morelia, Michoacán.- Es necesario actualizar y fortalecer la legislación sobre refugios y anexos para mujeres y niños, ya que la normativa vigente no va acorde a las realidades que hoy se enfrentan en el país.
Así lo refiere Nuria Hernández Abarca, secretaria de la Mujer de Morelia, quien destaca la necesidad de una reglamentación estricta para la creación y operación de estos espacios, especialmente aquellos que atienden a víctimas de violencia e infancias.
Explicó que, para que un refugio funcione adecuadamente, a nivel federal existen lineamientos que abarcan desde la seguridad del espacio hasta la infraestructura.
“La federación nos revisa las bardas perimetrales, los espacios, las ventanas, que no haya espejos por el tema de que las personas en los refugios pueden tener un tema de depresión y lastimarse. En la cocina, por ejemplo, no deben estar al alcance de las usuarias los artículos punzocortantes, desde cosas como esas, hasta todo un tema de seguridad e infraestructura”.
De acuerdo con los datos proporcionados por Hernández Abarca, el Centro Externo de Atención ha realizado un total de 19 valoraciones para ingreso a refugio, de las cuales ingresaron 14 mujeres. Actualmente se encuentran cuatro núcleos familiares, con dos niñas, siete niños y un adolescente.
Además de Morelia, se ha recibido núcleos de Uruapan, Pátzcuaro, Tarímbaro, de la comunidad de Cherán, Acuitzio y Villa Madero, así como del estado de Guerrero.
Hernández Abarca se refirió a la complejidad de las situaciones que enfrentan las mujeres en la actualidad, señalando que muchas de ellas ingresan a centros para escapar de una realidad de violencia. “Es un binomio que cada día parece más recurrente. La violencia que yo veía cuando estaba en la secretaría de la Mujer del estado a lo que se vive ahorita es totalmente diferenciada.
“Hoy la realidad se mezcla con la delincuencia organizada y narcomenudeo, donde las mujeres no nada más son víctimas de esas violencias estructurales por ser mujeres, sino que son testigos de delitos criminales”,
Ante esta realidad, enfatizó la necesidad de transformar los mecanismos de protección y los protocolos de atención a nivel federal.
“Los protocolos que nos dan a nosotras para la atención a las mujeres que están en los refugios, poco o casi nada incluyen la realidad de las infancias. La violencia que viven las mamás se ve exponenciada en las infancias o al revés, empiezan en las infancias y se van hacia las mamás. Lo que ven esas infancias y lo que vemos nosotras en el refugio no tiene que ver nada con la realidad que se piensa desde los protocolos que se escribieron hace 20 años, cuando la realidad no era la misma”.
Destacó la importancia de actualizar las normas y la ley estatal de violencia para incluir refugios que puedan recibir a mujeres víctimas de la violencia, donde los hombres están involucrados en la delincuencia organizada, reconociendo el riesgo que esto implica para ellas y para las instituciones que las atienden.