Después de recibir un baile ante los colombianos, que vencieron por 4-0 a un México sin capacidad de respuesta, el Tri del seleccionador Javier Aguirre creció este martes ante Ecuador

Ciudad de México. A menos de ocho meses del Mundial de fútbol 2026, la selección mexicana ha dejado claro que no es tan fiera como cuando le ganó el pasado verano la Copa Oro a un Estados Unidos con ausencias, pero su nivel no es tan bajo como el del equipo goleado por Colombia el pasado sábado.

Después de recibir un baile ante los colombianos, que vencieron por 4-0 a un México sin capacidad de respuesta, el Tri del seleccionador Javier Aguirre creció este martes ante Ecuador. Aunque empató 1-1, dominó gran parte del partido y acosó de manera reiterada a la selección con la mejor defensa en la eliminatoria sudamericana.

México, que jugará la fase de grupos en su casa por ser una de las sedes mundialistas, pretende estar entre los ocho mejores del Mundial como hizo en casa en 1970 y 1986.

Aguirre insinuó que la diferencia con Colombia no es tanta, sólo que después de recibir dos goles, sus jugadores se desordenaron.

Suena bien, pero hoy México no tiene la calidad de los sudamericanos, terceros de las eliminatorias sudamericanas, ni tiene figuras con el gran momento de forma de Luis Díaz, el camino recorrido por James Rodríguez o tan seguras en la portería como David Ospina.

Eso no lo dijo ‘el Vasco’, un tipo de excelente verbo, que desconcertó a todos al anunciar «vamos por buen camino», minutos después de recibir una goleada de escándalo.

El empate con Ecuador dejó mal sabor porque los mexicanos presionaron de manera reiterada a la defensa rival, que pasa por uno de los mejores momentos, y si no la vulneró más de una vez fue por la falta de puntería.

México enfrentará el 15 de noviembre a Uruguay y el 18 a Paraguay en partidos en los que debe empezar a mostrar una mejoría en su funcionamiento. Tendrá en esos amistosos al delantero Raúl Jiménez, ausente por lesión ante Colombia y Ecuador, pero el crecimiento deberá ser integral, sobre todo en la defensa.

El Tri avanzó a los octavos de final en todos los mundiales desde Estados Unidos 1994 hasta el de Rusia 2018. Demostró una y otra vez ser de los 16 mejores del mundo, pero no pasó de ahí, lo que sí hicieron dos selecciones de Concacaf, Estados Unidos en el 2002 y Costa Rica en Brasil 2014.

Para el Mundial de 2026, Aguirre deberá sacar de sus jugadores lo mejor para que puedan hacer una gran fase de grupos y, a partir de ahí, usar la filosofía de los alcohólicos anónimos: ‘sólo por hoy’, para concentrarse en jugar lo mejor posible el partido del día como si fuera el único.

Así, aumentarán las posibilidades de que el Tri se meta entre las mejores 16 selecciones del mundo y luego aspirar a algo que hoy suena a milagro: entrar entre los ocho o quedar más arriba.