Laura Zapata revive su secuestro de 2002, luego de asistir a la obra “Alta Traición”, que trata el dicho delito, con caso en el mismo lugar donde ocurrió el suyo.
Ciudad de México.-Laura Zapata experimentó una intensa ola de emociones al finalizar la obra “Alta Traición”, que trata el tema del secuestro y se presenta en el mismo lugar donde ella y su hermana Ernestina Sodi fueron secuestradas hace casi 23 años. La actriz recordó momentos dolorosos de su cautiverio.
“El jefe de la banda me dijo: ‘Está un dedo de tu hermana Ernestina en la caseta telefónica que está afuera de los infiernos’. Afortunadamente no le habían cortado el dedo. Pero bueno, me acordé de eso y se los comenté ahorita a los actores”, compartió con Venga la Alegría.
Durante los 34 días que estuvo secuestrada en septiembre de 2002, la famosa villana de las telenovelas ocultó una argolla de gran valor sentimental, aunque nunca pudo recuperarla.
“Y mi anillo de brillantes. Maravilloso, un shampoo, carajo. Espero que no esté en un tiradero y que alguien lo haya encontrado. Un gran recuerdo de un novio mío, Carlos, que me lo regaló divino, precioso. Y bueno, pues ni modo, porque era lo último que me quedaba por dar. En la amenaza, pues sí me dio miedo”, detalló.
El secuestro de la actriz y la escritora conmocionó a México, ya que ambas fueron capturadas después de una función teatral. Mientras Zapata fue liberada sin pago, sí se realizó un desembolso por la madre de Camila Sodi.
Sobre esto, la artista explicó por qué no participó en la demanda legal del dinero incautado a los secuestradores.
“No, no, no, yo desconozco absolutamente la denuncia que ella hizo para reclamar o recuperar el dinero. Yo fui liberada sin rescate. Se pagó por el rescate de Ernestina, entonces ella era la única capacitada para reclamar el dinero que era de ella, ¿no? Entonces a mí no me interesa, así es que se quedó en los tribunales”, aclaró.
Zapata recordó que recientemente visitó la tumba de su hermana Ernestina, fallecida en 2024, debido a un error en su lápida.
“En lugar de Eva Mange pusieron en un papel Eva Mangue y tuve que ir, tuve que ir a que me lo cambiaran. Pero antes de entrar compré un ramo de rosas rojas y, bueno, pues se las fui a dejar a Ernestina. Es la segunda vez que la visito, ni modo, en este lugar”, compartió.
Con estas declaraciones, Laura Zapata dejó claro que las cicatrices de ese episodio aún persisten, y tanto la memoria de su hermana como los momentos de su secuestro siguen marcando su vida.