Un hecho sin precedentes se registró en la ciudad de Tehuacán, donde la Fiscalía General del Estado de Puebla aplicó por primera vez un protocolo forense tras el hallazgo del cuerpo sin vida de un perrito mestizo, presuntamente atropellado en la vía pública.
El procedimiento fue realizado por un perito criminalista, quien arribó al lugar, acordonó la zona, hizo una inspección ocular y recabó evidencia como parte del levantamiento.
La escena fue tratada con el mismo rigor técnico que en casos que involucran la muerte de personas, marcando un precedente en la protección legal de los animales.
Esta acción se enmarca en las nuevas disposiciones del gobierno estatal para garantizar los derechos de los seres sintientes, y representa un paso hacia el reconocimiento del maltrato animal como un delito que debe ser investigado con seriedad.
Organizaciones defensoras de los derechos animales celebraron el hecho, considerándolo un avance importante para combatir la impunidad en casos de crueldad contra los animales. Sin embargo, algunos sectores expresaron preocupación por la necesidad de equilibrar este tipo de acciones con mejoras en los procesos forenses destinados a personas.
La Fiscalía reiteró que la aplicación de justicia no debe limitarse a un solo ámbito, y que se pueden atender con responsabilidad tanto los derechos humanos como los de los animales.
Por el momento, se mantienen abiertas las investigaciones para esclarecer las circunstancias del atropello y, en su caso, deslindar responsabilidades.