Morelia, Michoacán
La capital michoacana registra alrededor de 60 negocios que, de manera permanente, cuentan con una extensión de su área de servicio al cliente en el exterior, expuso el secretario del Ayuntamiento, Yankel Benítez Silva.
Estos comercios se concentran en áreas como el jardín de las Rosas, la avenida Acueducto, el callejón del Romance, la calzada Madero y, en las últimas semanas, la calzada de San Diego.
A estos negocios se suman aquellos que solicitan la ampliación al exterior de su área de servicio a clientes durante temporadas o fechas específicas, lo que se observa en vialidades como las avenidas Morelos, Lázaro Cárdenas y Torreón Nuevo.
Al momento, únicamente uno de estos negocios ha sido objeto de la clausura de su extensión al exterior del área de servicio a clientes, por no contar con una autorización emitida por el municipio para llevar a cabo esta acción, además de ubicarse en la calzada de San Diego, sujeta a protección por ser un Monumento Histórico.
Y es que, detalló Benítez Silva, la gran mayoría de los establecimientos que instalan mobiliario para la atención a sus clientes en el exterior de sus locales han mantenido esta práctica por muchos años, ya conocen los procedimientos requeridos para ello y cuentan con los permisos y los pagos correspondientes.
“Tenemos que realizar caso por caso, porque en esta práctica, que está prevista en la norma, debemos buscar la armonía y la imagen urbana, asegurarnos de que todo está regulado, incluso pasarlo a Cabildo, y dar a conocer todos los lineamientos que existen”, indicó.
En vialidades públicas, algunos de los requisitos que los negocios deben satisfacer para instalar mobiliario para servicio a clientes en el exterior de sus locales son la no afectación a la movilidad peatonal, la pertinencia de su ubicación, el aforo que esperan lograr y el tipo de mobiliario y acondicionamiento con que contarán.
Precisó que en el caso de la calzada de San Diego al ser este espacio un monumento histórico, además de estos lineamientos se deben cumplir los relacionados con la preservación del patrimonio edificado de la ciudad, impuestos desde el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y el propio ayuntamiento moreliano.