Cuando cine y literatura se relacionan, se invaden y se repelen, es casi siempre la literatura la que afirma su autonomía.
Gustavo Ogarrio
La relación entre cine y literatura ha sido abundante, precoz, a veces ambigua o melodramática, pero siempre profundamente estética y narrativa. En esta relación de alto riesgo es el cine el género que no siempre sale avante en su intento de apropiarse de algunas obras literarias, quizás porque la literatura deja sentir el peso de su antigüedad y desafía la juventud del cine en tanto género de expresión artística. Cuando cine y literatura se relacionan, se invaden y se repelen, es casi siempre la literatura la que afirma su autonomía y le recuerda a las ansias modernas de representación estética del cine que hay mundos que quizás únicamente la literatura puede explorar y enunciar de esa manera. Un ejemplo de esto podría ser la siempre desventurada empresa de llevar al cine cualquier obra de Gabriel García Márquez.
Contrario a lo que se piensa, la relación entre cine y literatura no ha sido únicamente la de la adaptación cinematográfica de textos literarios. Un espectador privilegiado que desde la literatura se apropió de cierta pericia cinematográfica fue el escritor uruguayo y magistral cuentista Horacio Quiroga, del cual se sabía muy poco en términos de su afición al celuloide hasta la aparición en 1997 de un extenso volumen que compila sus notas y crónicas cinematográficas: “Arte y lenguaje del cine”. Quiroga escribió sobre cine desde 1918 hasta 1935. El arte narrativo de Quiroga se apropió de algunas técnicas del “nuevo lenguaje de la imagen” y es posible ver su huella, por ejemplo, en el estupendo cuento “El hombre muerto” (1920), en ese narrador a través del cual asistimos a la agonía del hombre que se clava por accidente su propio machete para romper trágicamente su rutina de campo y que muy bien se puede igualar, en su movimiento de “cámara”, con las primeras tomas panorámicas o en perspectiva en el cine y que anunciaban ya el uso inminente de grúas o de brazos mecánicos.